Escuchar hablar de educación o
inteligencia emocional es cada vez más común. A pesar de posibles modas o
tendencias, la educación de las emociones se ha investigado desde hace muchos
años, y lo importante no es sólo saber que es esencial aplicarla, sino
también conocer sus beneficios y cómo ponerla en marcha en casa, en el cole...
Hoy os contamos cinco ventajas de la educación emocional.
El niño o niña tendrá mejor salud emocional en la
edad adulta
Enseñar a los niños a identificar,
expresar y gestionar sus emociones de manera práctica y en primera persona (no
únicamente con ejemplos de niños ficticios, historias, cuentos...), facilita
que lo aprenda y practique desde la infancia. Y con ello, me refiero desde los
primeros años de vida. Si acostumbramos a los niños a entender sus
emociones, y si nosotros somos su principal modelo de imitación, le
ayudaremos a ver que hablar sobre lo que siente es normal. Por ello, cuando sea
mayor ya lo habrá incorporado en sus esquemas básicos emocionales.
Evitamos el fracaso escolar
Según muchos autores que han
estudiado la psicología emocional (Bisquerra, uno de los más importantes),
consideran que la educación emocional es el complemento indispensable del
desarrollo cognitivo. Es decir, que si queremos que nuestros peques
sean inteligentes, de nada sirven todos nuestros esfuerzos si no trabajamos las
emociones. E incluso, gran parte del fracaso escolar de los alumnos no se
atribuye a una falta de capacidad intelectual, sino a dificultades asociadas a
experiencias emocionalmente negativas.
Aprenderá a ser autónomo
La familia y la escuela son los dos
agentes principales que están en contacto con el niño. Por eso, debemos
enseñarles a controlar sus emociones en todos los ámbitos de su vida. Pero
también tenemos un papel esencial como modelos. Si estamos siempre nerviosos,
con estrés, nos callamos lo que sentimos..., los niños
harán lo mismo. En cambio, si nos expresamos, favorecemos la seguridad y
confianza del niño en sí mismo, son pautas que repercutirán en que tenga
una mayor autoestima y, por tanto, mayor confianza en sí mismo para
hacer las cosas sin nuestra ayuda.
Cuando crezca, tendrá menor predisposición al abuso
de drogas o alcohol
Diferentes estudios (Shapiro, 1997)
nos muestran que los niños que tienen habilidades socio-emocionales son más
felices, confían más en sí mismos, son más competentes como estudiantes, y en
sus relaciones con la familia y amigos.Cuando crecen tienen menor predisposición
al abuso de drogas o alcohol, así como a tener depresión o ser más violentos.
Disminuimos el estrés
El
tipo de relación afectiva que desarrollemos con el niño, influye en la
expresión temprana de las emociones, así como en los niveles de estrés. El estrés y la poca capacidad
de expresar cómo nos sentimos está directamente relacionados.
En la mayoría de los casos, la educación emocional no empieza a tener importancia desde la escuela o en las familias hasta que no nos encontramos con problemas. Reaccionamos cuando el niño va mal en el cole, duerme mal, tiene miedo, rabietas y nos afecta a nuestra vida diaria. Todos sabemos que esto no debería ser así; por lo que tenemos que poner nuestro granito de arena para expresar nuestras emociones desde el primer minuto de vida de nuestros peques.
En la mayoría de los casos, la educación emocional no empieza a tener importancia desde la escuela o en las familias hasta que no nos encontramos con problemas. Reaccionamos cuando el niño va mal en el cole, duerme mal, tiene miedo, rabietas y nos afecta a nuestra vida diaria. Todos sabemos que esto no debería ser así; por lo que tenemos que poner nuestro granito de arena para expresar nuestras emociones desde el primer minuto de vida de nuestros peques.
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