La
asistencia a la Escuela de Educación Infantil supone para el niño y la niña
comenzar a familiarizarse con personas, espacios y materiales diferentes a los
conocidos en su ámbito doméstico. Este cambio hará que vaya ampliando su mundo
y descubra las pautas de comportamiento de los grupos sociales en los que se
desenvuelve.
La
escuela debe colaborar con las familias con la finalidad común de abrir
horizontes, crear interrogantes y desarrollar de este modo las estrategias que
permitirán a los niños y niñas ser los verdaderos protagonistas de su
aprendizaje.
Para
muchos de los niños y niñas de tres años, la asistencia al Colegio supone la
primera salida del ámbito familiar y por tanto, un alejamiento de los modelos
de referencia. Incluso para los que ya han asistido con anterioridad a la
guardería, les exige un esfuerzo de adaptación a unos espacios, ritmos,
rutinas, compañeros y adultos con los que tendrá que establecer relaciones. Pero
al mismo tiempo, el Colegio supone una oportunidad para crecer y madurar, para
afirmarse en su propia identidad e iniciar de este modo, el conocimiento y la
adaptación al mundo exterior.
Los niños tienen que ser capaces de asimilar los cambios que supone esta
nueva etapa en su vida cotidiana y para ello se considera de gran relevancia
comenzar el primero de Educación Infantil con un Periodo de Adaptación.
El
periodo de adaptación es “el camino o proceso mediante el cual el niño y la
niña van elaborando desde el punto de vista de los sentimientos, la pérdida y
la ganancia que le supone la separación, hasta llegar voluntariamente a una
aceptación interna de la misma”.
Para
realizar este “logro” el niño y la niña necesitan, entre otras cosas, tiempo,
su tiempo concreto. Hay que tener en cuenta que todos los niños y niñas no son
iguales, por lo tanto la adaptación de unos y de otros también será distinta.
Debemos evitar comparaciones, ya que esto no beneficiaría a nadie y menos a los
propios niños.
Debemos
conseguir para todos los alumnos una enseñanza
individualizada que les permita adaptarse a su propio ritmo,
proporcionándole a cada uno las ayudas que necesite según sus características.
La colaboración de los padres va a ser fundamental para que juntos
ayudemos a que los niños y niñas vean el colegio como una casa que les da
seguridad, confianza, que les ofrece la satisfacción de sus necesidades, que
les estimula, en definitiva, una casa donde desarrollarse y crecer felices. Por
lo tanto es fundamental que los padres muestren confianza a sus hijos al
traerlos a la escuela, que no acrecienten la ansiedad que puedan
mostrar, y que les hagan vivir este periodo tan importante para ellos como algo
natural.
Las
actividades que se llevarán a cabo estos primeros días serán actividades
encaminadas al conocimiento del Profesorado de Educación Infantil y de los
compañeros que componen su clase. También se realizarán actividades para
comenzar a adquirir hábitos de cooperación y colaboración, y que de esta manera
se vayan integrando al grupo y acostumbrándose a la rutina del aula, para lo
cual serán muy útiles las actividades como juegos y canciones de corro, de modo
que comiencen a conocerse y a actuar en grupo.
Otras
actividades que se realizaran, estarán pensadas para adaptarse y empezar a
familiarizarse con los distintos objetos y los espacios significativos del
colegio y del aula, y para comenzar a presentar los materiales y técnicas
habituales con los que van a trabajar a lo largo del curso.
Finalmente
hemos de programar actividades lúdicas de dramatización y representación
de cuentos, que les resulten motivadoras, así cómo juegos libres, con el fin de
que los pequeños se acomoden lo más rápido y de la mejor manera al nuevo
ambiente escolar.
En la etapa de adaptación escolar es importante que los padres de familia colaboren en este proceso, ya es fundamental que tanto padres y docentes ayudemos a que los niños vean la escuela como una casa que les da seguridad, confianza y que les estimula, para desarrollarse y crecer felices.
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