VENTAJAS DE LA RESILENCIA EN LOS
CENTROS DE TRABAJO
La resiliencia es un término que
proviene de la física y se refiere a la capacidad de un material de recobrar su
forma original después de haber estado sometido a altas presiones. En los
últimos años esta definición se ha extendido y se utiliza también para
describir la capacidad de individuos, familias, grupos y comunidades para
afrontar exitosamente adversidades o riesgos y salir fortalecidos de los
mismos. Esta capacidad no es estática, puede cambiar a lo largo del tiempo e,
incluso, ser reforzada y aprendida en cierta medida.
Las características de la sociedad
actual exigen cambios constantes en las empresas y quienes las componen. La
necesidad de contar con capacidad para adaptarse a estos cambios, está
probablemente en la mente de la mayoría de los líderes de las organizaciones
actuales. Una manera de comprender este desafío es en términos de resiliencia.
La misma puede presentarse de diferentes formas, pero está asociada
principalmente con la flexibilidad, el optimismo y la adaptación. Las
organizaciones se enfrentan diariamente a una multiplicidad de cambios, (como
procesos de compra, venta y fusión, cambios organizacionales y culturales,
crisis económicas, adaptación a las demandas del mercado, reducción o
reasignación de personal, etc.), y la resiliencia es un factor fundamental para
afrontar estos cambios exitosamente. Asimismo, las empresas pueden encontrarse
con eventos traumáticos aislados, como por ejemplo, catástrofes naturales,
accidentes laborales o despidos masivos, y las organizaciones resilientes
tendrán más chances de sobrellevar estos sucesos. Pero la resiliencia es clave
para que la organización pueda crecer y trascender a través del tiempo y no
sólo sobrevivir a los estresores como los anteriormente mencionados.
CARACTERÍSTICAS
DE LAS PERSONAS Y ORGANIZACIONES RESILIENTES:
Las
organizaciones no son resilientes en sí mismas sino que esta cualidad se
asienta en la resiliencia de las personas que la componen, se sostienen la una
en la otra pero no son lo mismo. Entonces, ¿qué hace que algunas organizaciones
puedan responder efectivamente a los cambios mientras que otras no? ¿Qué
permite a ciertas personas recuperarse luego de dificultades en su vida
personal o laboral? Algunas de las cualidades que caracterizan a las personas
resilientes son las siguientes:
v Aprendizaje
continuo: están orientados hacia un aprendizaje constante, tanto en la
adquisición de habilidades como en hacer uso de sus experiencias.
v Autoeficacia
y autoconfianza: toman las riendas de sus propias carreras y se arriesgan a
generar cambios en las mismas, incluso, modificándolas completamente. Esto
resulta ventajoso ya que hoy en día la inestabilidad laboral es mayor que en
otros tiempos.
v Claridad
en sus objetivos: tienen objetivos claros que les permite mantenerse
focalizados y darle dirección a sus vidas, así como también poner a las
adversidades en perspectiva.
v Iniciativa
personal: se focalizan en lo que necesitan para lograr sus objetivos, en lugar
de hacerlo en aquello que no pueden controlar o lo que los otros hacen o dejan
de hacer para los mismos. Creen que ellos pueden determinar su futuro y no que
éste es definido por otros.
v Flexibilidad:
tienen capacidad de aplicar las mismas habilidades en una variedad de
situaciones. Esto requiere también de la capacidad para improvisar, en el
sentido de identificar nuevas oportunidades o formas de aplicar esas
habilidades a la situación actual.
Entre las características que distinguen a las organizaciones resilientes podemos mencionar:
Entre las características que distinguen a las organizaciones resilientes podemos mencionar:
v Aprendizaje
organizacional: hacen uso de las experiencias pasadas para aprender y, de ser
necesario, hacer cambios en circunstancias actuales en base a ese conocimiento.
Para esto es preciso crear formas sistemáticas para identificar y convertir las
habilidades, el conocimiento y las experiencias individuales en recursos
organizacionales.
v Misión
corporativa: mantienen una relación entre la misión declarada y la sensación de
tener objetivos en común, lo cual impulsa y compromete a los miembros de la
empresa en todos sus niveles.
v Cultura
corporativa: las organizaciones resilientes tienen un fuerte sentido de la
cultura o identidad que mantiene a las personas unidas bajo un objetivo común.
v Alianzas
estratégicas y de compañerismo: piensan en términos de redes de compañerismo y
alianzas estratégicas. James Moore se refiere a esto como “ecosistemas de
negocios”, o sea, tener redes de trabajo organizacionales y personales flexibles
que permitan compartir ideas, soluciones y problemas con otros y de las que se
pueda obtener feedback.
v Ligar
el desempeño organizacional con compensaciones: brindan opciones,
incrementan la posibilidad de invertir en la compañía e incentivan a los
empleados para que permanezcan en ella (por ejemplo, con cursos de
actualización, entrenamiento, permitiendo a todo empleado hacer propuestas,
etc)
v Capacidad
para improvisar: alientan a imaginar nuevas alternativas y oportunidades
y a explotar al máximo los recursos con los que cuentan. Esto permite que en
circunstancias difíciles, por ejemplo, si no puede contarse con los recursos o
herramientas habituales, puedan desplegarse otras opciones. Por ejemplo, la
empresa postal UPS alienta explícitamente a sus empleados a improvisar para que
los mensajes lleguen a su destino a tiempo.
QUÉ PUEDEN HACER LOS LÍDERES DE
LAS ORGANIZACIONES PARA AUMENTAR LA RESILIENCIA EN SUS CENTROS DE TRABAJO?
Hay ciertas medidas que pueden llevarse a cabo con
este objetivo, teniendo en cuenta que la resiliencia puede ser aprendida y fortalecida
por prácticas organizacionales y de gestión, por ejemplo:
v Enfrentar los desafíos internos y externos creando
estrategias para lidiar con ellos y tomándolos como oportunidades.
v Utilizar el poder que tiene la comunicación y el
desarrollo de una misión, visión y valores comunes así como objetivos a corto
plazo para que el trabajo tenga sentido.
v Alentar la innovación y creatividad en los equipos de trabajo.
v Equilibrar optimismo con realismo pragmático y ayudar a sus equipos a
evaluar las prioridades y desarrollar planes de acción viables.
v Crear formas sistemáticas de manejar y conservar el conocimiento dentro
de la organización, ya que la resiliencia y el aprendizaje van de la mano.
v Brindar a los empleados flexibilidad y posibilidades de control sobre
sus tareas, ofreciendo acceso a entrenamiento y capacitación.
v Favorecer el equilibrio entre la vida personal y laboral.
Las organizaciones resilientes son proactivas, reconocen la necesidad de
hacer cambios antes de ser forzados por los mismos y responden con flexibilidad
a los desafíos. Hoy en día, la resiliencia organizacional implica claras ventajas. Aquellas
organizaciones que la poseen tienen más probabilidades de que sus empleados
tengan menores niveles de estress, sus equipos de trabajo innoven constantemente y sean más
efectivos, dando lugar a una mayor productividad y, en consecuencia, éxito y
rentabilidad.
Las características de la sociedad actual exigen cambios constantes en las empresas o centros de trabajo y de quienes las componen. Existe una fuerte necesidad de contar con capacidad para adaptarse a estos cambios, los cuales están en la mente de la mayoría de los líderes de las organizaciones actuales.
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